
Arpel fue fundada en Río de Janeiro un 2 de octubre de 1965 por ocho empresas estatales: ANCAP (Uruguay), Ecopetrol (Colombia), ENAP (Chile), PdVSA (Venezuela), Petrobras (Brasil), Petroperú (Perú), YPF (Argentina) e YPFB (Bolivia). Con los años se fueron sumando Cupet (Cuba), NGC (Trinidad y Tobago), Pemex (México), Petroecuador (Ecuador), Petropar (Paraguay), Recope (Costa Rica) y Staatsolie (Surinam).
Eventualmente se incorporaron empresas privadas independientes regionales como GeoPark, Pan American Energy/Axion, Pluspetrol y Tecpetrol, empresas integradas globales como Chevron y Shell, trasportadoras de hidrocarburos como COGA, OCP, Oldelval, TAG, TGN y TGP, empresas de GNL como Perú LNG/Hunt Oil, y refinadoras como Raizen y Refinería de Bahía Blanca/Trafigura. Se sumaron también como miembros cooperativos empresas proveedoras de bienes y servicios como Becht, Honeywell, OceanPact, Rosen, S&P Global, SLB, Tema Litoclean y TGS-NOPEC.
Somos hoy 31 empresas y tenemos once comités que atienden temas de la cadena de valor y temas transversales a todos los segmentos. Nuestra red colaborativa de expertos brinda a los socios asistencia técnica recíproca para resolver problemas puntuales técnicos o de gestión, y una plataforma para la mejora continua, al compartir nuestras mejores prácticas. Publicamos guías, manuales, white papers de posición, y ofrecemos talleres, webinars y un reconocido curso de liderazgo a cargo de S&P Global y Arpel, a quienes hoy se suma el Baker Institute de Rice University, en Houston, la capital hemisférica de nuestro sector.
Desde nuestro origen nos seguimos enfocando en lo básico: operaciones eficientes y seguras. Hoy impulsamos seguir operando de manera responsable y sensible a los mandatos sociales que genera la urgencia de amortiguar los efectos del cambio climático. Acentuamos en consecuencia la urgencia de lograr mayor eficiencia energética y descarbonizar nuestras operaciones, procesos e instalaciones para reducir drásticamente nuestras emisiones de gases de invernadero. Para todo esto es indispensable embarcarnos de lleno en nuestra transformación digital.
Pero aquel nuevo sentimiento global ha generado más incertidumbres y nuevas dinámicas de riesgo para nuestro sector. Se ha llegado hasta poner en duda nuestra licencia social, incluso con llamados a que sea cancelada, o con imposiciones de barreras externas a su continuidad.
Sistemas complejos, multivariables y con grandes incertidumbres, como el que relaciona energía, crecimiento socioeconómico y clima, no responden bien a “soluciones” bienintencionadas, pero simplistas o reduccionistas. Se han manifestado como restricciones al financiamiento de nuevos proyectos por parte de instituciones multilaterales y bancarias, o en el caso de algunos gobiernos, el no permitir el acceso a nuevas áreas exploratorias, prohibir el fracking, o aumentar la proporción de la captura de renta para darles ventajas relativas de costos a otras formas de energía.
Esas “soluciones” generan externalidades costosas:
- Afectan la seguridad energética y la asequibilidad, aumentan los costos de la energía a las ciudadanías, sobre todo a las poblaciones más vulnerables.
- Lastiman las cuentas fiscales y las balanzas de pagos de los países productores. En algunos casos afectan también las economías provinciales/departamentales y municipales, y las de la infraestructura preexistente.
- Menoscaban la capacidad de apalancamiento de los hidrocarburos a las energías renovables, aún hoy intermitentes y más vulnerables a los riesgos climáticos.
- Crean el riesgo de acabar importando los hidrocarburos demandados, sin reducir emisiones, o peor aún, alientan la producción de carbón.
- La falta de predictibilidad contractual y regulatoria para con nuestro sector inquietaría a cualquier clase de grandes inversiones de largo plazo en energía e infraestructura, sean o no renovables.
Sin embargo, este año ha cambiado llamativamente la retórica respecto de la Transición Energética. La noble aspiración global de llegar a 2050 con “cero emisiones netas” ha chocado con la realidad, y se ha convertido más en una brújula que una hoja de ruta. Es ya evidente que las energías renovables no reemplazan, sino que se suman a los hidrocarburos frente a la siempre creciente demanda energética, y que estamos experimentando una evolución gradual más que una transición transformativa hacia un estado final radicalmente distinto.
Nuestro sector lleva más de un siglo proveyendo energía confiable en mercados de precios volátiles, muy vulnerables a riesgos políticos y disrupciones geopolíticas. Somos por ende un sector altamente tecnológico, creativo y resiliente. Seguiremos explorando, desarrollando, transportando y refinando hidrocarburos, de manera eficiente y segura, por el futuro concebible. Nuestra industria de los hidrocarburos deberá entonces seguir siendo la industria de industrias, la garante de la seguridad y la asequibilidad energética.
En nuestra región, Arpel se encarga de llevar esos mensajes. Tenemos relacionamiento directo con los gobiernos (ministerios de energía, organismos de aplicación y regulación) y las asociaciones empresariales, profesionales e intergubernamentales nacionales, regionales y mundiales pertinentes. De hecho, somos la única asociación convocada a foros de organizaciones intergubernamentales, tanto regionales como globales, para representar los intereses de la industria de hidrocarburos de nuestra región. Defendemos así los intereses de nuestra industria regional de los hidrocarburos en foros nacionales, regionales y globales, asegurándonos de que su voz sea escuchada.
Todo lo que nuestra asociación ha logrado en estas seis décadas lo logramos juntos, porque juntos somos energía. Ese es el lema de nuestro próximo reto, una 8ª Conferencia Arpel que debe ser exitosa tanto en el contenido como pecuniariamente. Tendrá lugar en el hotel Hilton de Puerto Madero, Ciudad de Buenos Aires del 1 al 4 de junio de 2026.
Estamos diseñando el programa con el aporte de ustedes y de nuestras instituciones aliadas. Reflejando lo mencionado respecto del cambio de retórica, será bajo el impulso del back to basics, pero sin descuidar la sostenibilidad y competitividad de nuestra industria en esta nueva era. Contamos con la presencia y el apoyo de todos ustedes.
Seguiremos haciendo de la colaboración la esencia de la misión de Arpel. Juntos seguiremos siendo energía y que cumplamos muchos años más.
Carlos A. Garibaldi
Secretario Ejecutivo de Arpel